Royal Icing: el glaseado de la realeza
- Yuri O. Villela

- 6 oct
- 2 Min. de lectura
Pocas técnicas en la pastelería tienen una historia tan elegante como el Royal Icing o glaseado real, una mezcla simple de claras y azúcar glass que, con el paso del tiempo, se convirtió en símbolo de lujo, tradición y arte decorativo.
El origen real del glaseado
El Royal Icing nació en la Europa del siglo XVII, en una época en la que el azúcar era un lujo reservado solo a la nobleza. Los cocineros de la corte británica comenzaron a batir claras de huevo con azúcar refinado para crear un recubrimiento blanco, brillante y duro, con el que decoraban pasteles de frutas y celebraciones reales.
Su textura recordaba a la porcelana y transmitía pureza y elegancia, cualidades muy valoradas en los banquetes reales.
Durante el siglo XIX, el nombre “Royal Icing” se popularizó cuando la Reina Victoria pidió que su pastel de bodas estuviera cubierto con este glaseado blanco, tan pulcro y perfecto como su vestido. A partir de entonces, se conoció como el *glaseado de la realeza*, símbolo de refinamiento y celebración.
Del palacio a la cocina moderna
Con el paso de los años, el Royal Icing dejó de ser exclusivo de las bodas reales y pasó a ser parte esencial de la repostería decorativa: galletas artísticas, casas de jengibre, pasteles de Navidad y detalles florales.
Hoy en día, se prepara con claras pasteurizadas o polvo de merengue por seguridad alimentaria y se colorea con tonos suaves o vibrantes según el diseño.
Receta tradicional del Royal Icing
Ingredientes:
* 2 claras de huevo (o 60 gramos de claras pasteurizadas)
* 450 gramos de azúcar glass (cernida dos veces)
* 1 cucharadita de jugo de limón o unas gotas de vinagre blanco
* Opcional: ½ cucharadita de glicerina (para una textura más flexible)
* Colorantes en gel o en pasta (si deseas teñirlo)
Preparación:
1. Bate las claras a velocidad baja hasta que espumen.
2. Agrega el jugo de limón y añade el azúcar glass poco a poco, sin dejar de batir.
3. Aumenta la velocidad y bate hasta obtener una mezcla blanca, brillante y firme.
4. Si deseas un glaseado más flexible, incorpora la glicerina.
5. Divide en porciones y colorea con colorantes en gel.
6. Cubre siempre con plástico adherente para evitar que se seque.
Consejos para un Royal Icing perfecto
1. Evita la grasa: cualquier residuo de mantequilla o yema puede arruinar la mezcla.
2. Usa colorantes en gel: los líquidos alteran la textura.
3. Cúbrelo siempre: el aire seca el glaseado en minutos; mantenlo tapado con plástico.
4. Secado correcto: deja secar a temperatura ambiente 8–12 horas, sin humedad.
5. Almacenamiento: en refrigeración dura hasta 1 semana en recipiente hermético.
6. Rebátelo antes de usar: si se separa el azúcar del líquido, mezcla suavemente.
7. Paciencia: la decoración con Royal Icing requiere calma, precisión y práctica.
Símbolo de elegancia y tradición
El Royal Icing sigue siendo uno de los glaseados más bellos y versátiles.
Cada línea, borde o flor que se hace con esta técnica es un pequeño homenaje a su historia: una mezcla de **arte, dulzura y herencia real** que sigue inspirando a pasteleros en todo el mundo.
Por. Chef Yuri O. Villela





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